lunes, junio 29, 2015

Aniversario del martirio del Padre Hermógenes López

Altar al P. Hermógenes en la parroquia San Ignacio de Loyola, 
Col. Maya, zona 18, Cd. de Guatemala.


30 de junio de 1978 , el Padre Hermógenes López, párroco de San José Pinula, era asesinado. Indica el Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), Guatemala memoria del silencio: "Estudiados los antecedentes del caso, la CEH llegó a la presunción fundada de que el sacerdote Eufemio Hermógenes López Coarchita fue ejecutado por sujetos que contaron con la posterior protección y encubrimiento del Estado, cuyas entidades faltaron gravemente a su deber de investigar y sancionar los hechos".

"Al Siervo de Dios P. Hermógenes López lo mataron por ser sacerdote, discípulo de Jesús, por predicar la justicia, la equidad, el bienestar de todos, por oponerse a la persecución, al maltrato del prójimo, por ser la voz de los que no tienen voz. Lo mataron y quienes lo asesinaron sabían que era sacerdote, sabían que era el párroco de San José Pinula. Lo mataron no solo por predicar la caridad sino por hacerla operativa en la realidad difícil de su parroquia" (Mensaje en la clausura de la fase diocesana de la causa de beatificación del Padre Hermóbgenes, Mons. Oscar Julio Vián, Arzobispo Metropolitano de Santiago de Guatemala).



jueves, enero 29, 2015

35 años después... un poco de justicia


"El 31 de enero de 1980 un grupo de campesinos de El Quiché, realizaron una toma pacífica de la Embajada de España en Guatemala. Su objetivo era llamar la atención sobre la violencia en esa región y pedir apoyo internacional para una investigación y exhumación de siete campesinos asesinados en Chajul por el Ejército. Al cabo de cuatro horas en una acción extremadamente violenta, las fuerzas de seguridad destruyeron la sede diplomática y quemaron a 39 personas. Esa masacre fue el inicio de una escalada hacia la violencia masiva ejecutada por el Ejército en las zonas rurales entre 1980 y 1983. La masacre de la Embajada de Espala significó el cierre de las posibilidades de lucha pacífica para los movimientos populares" (Informe REMHI, Tomo III, pág. 95).

35 años después y luego de un proceso judicial, el exagente del Estado, exjefe policial, Pedro García Arredondo, fue condenado a 90 años de prisión como culpable por la masacre ocurrida en la Embajada de España: "fue un gas lanzado a través de un artefacto, por uno de los agentes del Comando Seis, lo que causó las llamas que acabaron con las vidas de las 37 de personas y de las que solo sobrevivieron Cajal y el campesino Gregorio Yujá, quien después fue secuestrado y asesinado." (El Periódico).