Guatemala está por entrar (oficialmente) a un proceso eleccionario en este año 2007. En nuestro país hay casi tantos candidatos a la presidencia como volcanes sobre la geografía de nuestro territorio, sin embargo, tanta diversidad de rostros, de nombres y de colores partidarios no signfica que exista diversidad de opciones reales para los cambios urgentes que el país requiere, a no ser por una o dos excepciones que merecen el beneficio de la duda. La democracia parece que adquirió un tono particular en Guatemala, un tono de exclusión donde los partidos políticos (representantes del pueblo) son representantes de grupos corporativos que funcionan con la lógica del mercado: crean el producto, lo llenan de características agradables a los sentidos del público meta, lo promocionan y luego que está consumada la venta, se olvidan de cumplir con lo ofrecido.
¿Es posible que este año signifique un cambio para Guatemala?