martes, junio 03, 2008

Las contradicciones de este “gobierno de los pobres”


El inicio del año 2008 vino casi al mismo tiempo con el inicio de un nuevo período de gobierno, que esta vez se presentaba un poco diferente: un gobierno social demócrata. Más que eso, “el gobierno de los pobres”. Cualquiera podría pensar que se trataba de un cambio al fin, de rumbo, después de un gobierno netamente empresarial, proneoliberal y fiel súbdito del Imperio. Todo ello, acompañado de una estrategia de propaganda en la que se enfatiza en aspectos de forma (uso de la palabra “solidaridad”, uso de la bandera con los colores de los pueblos indígenas, etc.) pero no de fondo. Bueno, la propaganda casi nunca hace esto, porque su objetivo es convencernos de las maravillas de quien organiza la propaganda.

Unos meses después, aún con las campañas propagandísticas, nos encontramos con una serie de contradicciones:

1) Apelar al uso de la fuerza hacia los campesinos en la resolución de los eternos conflictos agrarios, tal como lo han hecho los anteriores gobiernos. Para muestra, el caso de Livingston. ¿Acaso un gobierno del pueblo no es el que trataría de resolver de una vez por todas las grandes desigualdades en cuanto al acceso y uso de la tierra?
2) Suprimir los aranceles a productos de la canasta básica. ¿Ya el CAFTA no había preparado el camino para que los productos de Estados Unidos fuesen entrando sin aranceles a nuestro país poco a poco en detrimento de los productores nacionales, especialmente los de granos básicos? ¿Cómo acelerar esta competencia tan desigual entre productores agrícolas estadounidenses que reciben subsidio y productores nacionales que con muchos problemas logran salir adelante?
3) A pesar de hablar de un gobierno con rostro indígena, no hay cuadros gubernamentales indígenas en los ministerios de Estado, a no ser por un financista del partido colocado en uno de los ministerios.
4) Política paternalista de dar dinero a los padres de familia para que manden a sus hijos a la escuela y para que las mujeres asistan a los servicios de salud. ¿No es eso mercantilizar las acciones a favor del desarrollo? ¿Dónde está la generación de procesos? ¿Dónde está la generación de las condiciones para que las familias se ganen ese dinero por medio del acceso a los recursos?

Es importante darnos cuenta que no basta con la propaganda, cuando la realidad nos presenta todo lo contrario. Se habla de que no se están haciendo “chapuces” pero...




¿Dónde están los cambios estructurales que esperamos para una verdadera transformación?

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