viernes, septiembre 25, 2009

Radios que fueron comunitarias, hoy aliadas a grupos de poder


La lucha por el ejercicio pleno del derecho a la comunicación por el pueblo ha sido larga, especialmente en Guatemala. Apenas hace unos días, en un programa radial sobre “amenazas a la libertad de expresión”, en el cual “casualmente” participaban sólo dueños de corporaciones de medios masivos de difusión, el locutor indicaba el “peligro” que se corre en nuestro continente por los cambios en una legislación que “limite” el trabajo a los medios “de comunicación” (en realidad: grupos corporativos de medios de difusión). Y es que el locutor decía que, aunque la comunicación es un derecho de todas las personas, recae en los periodistas el ejercicio de este derecho “a nombre de los ciudadanos” (¿quién le transfirió el goce de este derecho a los voceros de los propietarios de los medios del poder económico? ¿Acaso los derechos no son intransferibles?)

Este preámbulo sirve para hablar de cómo algunos medios que antes se identificaban como comunitarios, hoy en día se convierten en empleados de las grandes cadenas que fomentan la concentración de medios en pocas manos. Hace muchas décadas, nacieron a la luz de la experiencia de Radio Sutatenza en Colombia, iniciativas de radio en Guatemala, enfocadas a contribuir al cambio social, desde lo cultural y educativo. Sus fundadores fueron ejemplo de verdaderos comunicadores y comunicadoras, comprometidos con su pueblo, fueron pioneros y pioneras de una comunicación alternativa y comunitaria.

¿Qué ha pasado con esas emisoras?

Con la entrada en vigor de la Ley General de Telecomunicaciones, recibieron apoyo de la comunidad internacional para pagar por la frecuencia que empleaban. Es importante destacar que esta Ley indica que sólo se puede acceder al usufructo de una frecuencia si se participa en una subasta pública ofreciendo el mejor monto ($).

Con el paso de los años, parece ser que esta acción significó el fin de su compromiso por lo comunitario: Hoy en día escuchamos en esas emisoras (antes comunitarias) la retransmisión de mensajes que criminalizan a las radios comunitarias: Es importante decir que desde el año pasado, la Cámara Guatemalteca de Radiodifusión ha emprendido una campaña feroz y denigrante en contra de las emisoras que no lograron ganar una frecuencia por el sistema de subasta ($) y que de todas maneras, siguieron transmitiendo, debido al compromiso que tienen con su comunidad. Estas emisoras, para la Cámara son “radios piratas” y quienes las operan, según este grupo económico, son comparados con narcos o criminales (basta con escuchar los spots que a diario transmiten).

Por otro lado, vemos alianzas extrañas entre esas radios que antes eran comunitarias y la misma Cámara Guatemalteca de Radiodifusión. Esta última explota esas alianzas, con la idea de enseñarle a la opinión pública que “hay radios que aún siendo comunitarias, son decentes”. Lo son, porque pagaron por su frecuencia.

Cabe la reflexión sobre si ¿todas las emisoras que pagaron o a las que les pagaron su frecuencia deben dedicarse a perseguir a las que no lo lograron (porque no tuvieron ese regalo de la comunidad internacional). ¿Por qué el hecho de haber pagado por la frecuencia las convierte en aliadas de los grupos poderosos económicamente y las aleja del pueblo?

¡Qué lástima que esas radios que nacieron como comunitarias hoy traicionen a su comunidad y sean aliadas de los poderosos! ¿Qué pasará con ellas cuando se les termine el período para el cual lograron el usufructo de la frecuencia? ¿Alguien más les va a regalar el pago por un período más? De lo contrario, ¿van a voltear a ver a las radios que sí son comunitarias pero que no poseen la suerte de que les compren una frecuencia? (esas a las que hoy persiguen transmitiendo los denigrantes mensajes de la Cámara Guatemalteca de Radiodifusión?

Comunicación para la Nutrición




(Tomado de cecode.org)


Mientras el mundo se lamenta y cuida las heridas de la “crisis financiera” global, en Guatemala nos topamos nuevamente con un problema que no por recurrente, deja de ser grave: el estado de desnutrición crónica y aguda de cientos de miles de niños y niñas.


El problema es claramente multicausal y con orígenes históricos que se remontan a los años de colonia y posterior criollisación del país. La falta de tierras cultivables en manos de los campesinos, la falta de desarrollo agrícola, el marcado cambio climático y calentamiento global, la acentuada ausencia de educación, el poco acceso a los servicios de salud, las barreras culturales, la idiosincrasia particular de sectas cristianas que prohíben ciertas prácticas del cuidado de la salud, las promesas sin fundamento de gobernantes sin programa, la nula visión política de desarrollo rural y de largo plazo, sostenible, y un largísimo etcétera; todas son causas y explicaciones valederas de cómo hemos llegado a esta situación.


“Según el estudio Alza de Precios, Mercados e Inseguridad Alimentaria y Nutricional en Centroamérica, realizado el PMA, en un período de 18 meses, finales del 2006 y principios del 2008, el número de pobres se incrementó en casi un millón a raíz del aumento de precios de los alimentos.


En Guatemala, surgieron 229 mil nuevos pobres, incrementándose también el grupo de personas viviendo en extrema pobreza.


Las últimas cifras disponibles indicaban que Guatemala había reducido la pobreza de un 56% en el 2000 a un 51% en el 2006 y la pobreza extrema de un 15.7% a un 15.2% en el mismo período.

Para el 2004, el PMA y la CEPAL calculó que el impacto económico de la desnutrición global en Guatemala era de 3.128 millones de dólares, representando un 11.40% del PIB.


En 15 años, de 1987 al 2002, Guatemala redujo la desnutrición crónica apenas del 57.9% al 49.3%.


En mayo del 2008, el Gobierno de Guatemala impulsó un plan de atención coyuntural ante la situación de inseguridad alimentaria y nutricional, con énfasis en 45 municipios priorizados”.


Y esas han sido las respuestas institucionales: “coyunturales”. Hoy en día volvemos a vivir de nuevo uno de esos períodos de campañas de recolección de alimentos, efusivos discursos en demanda de atención a los desnutridos, acaloradas acusaciones a los políticos y sobre todo a los gobernantes por la situación de hambruna, en suma: un hervidero de campaña política pre-electoral sirviéndose de un problema gravísimo.


Previo al “Bum” de esta nueva crisis alimentaria, el Centro de Comunicación para el Desarrollo había diseñado junto al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), un proyecto que demostrará la forma en que, por medio de un proceso bien estructurado de comunicación, participativo desde su inicio con las organizaciones locales municipales y enfocado en la educación; es posible el combate a la desnutrición de niños y niñas menores de 36 meses de edad, por medio del efectivo y afectivo cuidado tanto de madres y padres, como de autoridades y líderes de las comunidades.


El Proyecto Demostrativo 36 Cero Desnutrición ha dado inicio en municipios de los departamentos de Chiquimula y Totonicapán. Pronto continuaremos publicando más información al respecto. Les invitamos a visitar: Proyecto de Comunicación 36 CERO DESNUTRICIÓN



jueves, septiembre 17, 2009

Felicitaciones a Los Mapaches





Algunas fotografías del festival Civico Ecológico:
Felicitaciones por la iniciativa de formar ciudadanía ejerciendo el derecho a disfrutar de nuestros espacios públicos en la ciudad de Guatemala y cuidar por un manejo responsable de nuestros recursos naturales urbanos.