lunes, marzo 23, 2009

24 de marzo: San Romero de América en su aniversario

El ángel del Señor anunció en la víspera...

El corazón de El Salvador marcaba
24 de marzo y de agonía.
Tú ofrecías el Pan,
el Cuerpo Vivo
-el triturado cuerpo de tu Pueblo;
Su derramada Sangre victoriosa
-¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacre
que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada!

El ángel del Señor anunció en la víspera,
y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;
como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo.

¡Y se hizo vida nueva
en nuestra vieja Iglesia!

Estamos otra vez en pie de testimonio,
¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!
Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente.
Romero de la Pascua latinoamericana.
Pobre pastor glorioso, asesinado a sueldo, a dólar, a divisa.

Como Jesús, por orden del Imperio.
¡Pobre pastor glorioso,
abandonado
por tus propios hermanos de báculo y de Mesa...!
(Las curias no podían entenderte:
ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo).

Tu pobrería sí te acompañaba,
en desespero fiel,
pasto y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.
El Pueblo te hizo santo.
La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.
Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio.

Como un hermano herido por tanta muerte hermana,
tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
¡Pero sabías dar a tu palabra, libre, su timbre de campana!

Y supiste beber el doble cáliz del Altar y del Pueblo,
con una sola mano consagrada al servicio.
América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini
en la espuma-aureola de sus mares,
en el retablo antiguo de los Andes alertos,
en el dosel airado de todas sus florestas,
en la canción de todos sus caminos,
en el calvario nuevo de todas sus prisiones,
de todas sus trincheras,
de todos sus altares...
¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!

San Romero de América, pastor y mártir nuestro:
¡nadie hará callar tu última homilía!

Pedro Casaldáliga

lunes, marzo 16, 2009

Videoconferencia sobre la Red Edusat (Televisión Educativa) de México





El pasado miércoles 11 de marzo se llevó a cabo, en el aula virtual de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, la videoconferencia sobre la experiencia de la Red Edusat en televisión educativa en México. En esta actividad, las y los estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación con especialidad en Comunicación para el Desarrollo, tuvieron la oportunidad de escuchar e interactuar con la experta Gabriela Mejía Rosas, repsonsable de Programación y Medios de la Red Edusat en el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) con sede en la Ciudad de México D.F., México.

La videoconferencia se pudo llevar a cabo gracias a la gestión del Centro de Alto Desarrollo y Educación en Línea (CADEL) de la Universidad del Valle de México (UVM), el Centro de Comunicación para el Desarrollo (CECODE) de Guatemala, así como el Departamento de Educación Virtual y el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala.

Gabriela Mejía, responsable de Programación y Medios de la red Edusat en el ILCE, hizo una breve presentación sobre en qué consiste la Red Edusat y los canales educativos de televisión que maneja el ILCE (canal13 para la actualización docente, 15 con educación para la vida, 16 o canal 22 de televisión abierta y 18 dedicado a la actualización y capacitación para el servicio público). Las personas participantes hicieron preguntas relacionadas con el abordaje de la diversidad cultural desde la programación educativa, el asunto de las mediciones de audiencia o indicadores de efectividad que para el caso de la televisión educativa deben ser diferentes a los que utiliza la televisión comercial, etc.

Todo ello, nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de una televisión educativa en el contexto guatemalteco, que, en palabras de Gabriela Mejía tiene como retos principales: partir del Otro, presentar diversos referentes o formas de penesar, usar los horarios más adecuados (desde las necesidades del Otro), olvidar prejuicios como el que a las personas sólo les gusta ver la televisión comercial, pensar en un trabajo multidisciplinario y sobre todo... tener paciencia, ya que se avanza poco a poco... ¡Pero se avanza!

miércoles, marzo 04, 2009

A 10 años del Informe Guatemala, Memoria del Silencio: un esclarecimiento incompleto, una memoria a medias.

(Escrito por Cristian Ozaeta C.)

Primera razón: “Se nombra el pecado, pero no al pecador”


En días de la semana pasada, se conmemoraron los 10 años de aniversario del informe “Guatemala, Memoria del Silencio” elaborado por la Comisión para el Esclarecimiento Histórico. Importante e histórico hecho sin duda alguna, ya que este informe oficializó lo que hasta entonces había sido un secreto a voces, los crímenes y atrocidades cometidas contra la población civil, especialmente indígena, durante el Conflicto Armado Interno.

Creo que el gran aporte del Informe fue, precisamente, la oficialización de las violaciones a los derechos humanos, y haberlo hecho además de manera sistemática, aunque incompleta. Y es que pienso que así es nuestro proceso de Memoria Histórica: incompleto.

¿Por qué? Por varias razones. La primera es que el Informe, por mandato, no individualiza responsabilidades ni identifica a los violadores sino únicamente de manera institucional. Así atribuye cargas porcentuales sobre el Ejército y sus fuerzas paralelas, así como de la Guerrilla. El esclarecimiento entonces queda inconcluso, porque se dice el pecado, pero no el pecador. Bien amarrado dejaron ese aspecto las partes cuando firmaron el acuerdo de paz que le dio vida a la Comisión, sin mencionar que además buscaron la impunidad también a través de la vieja fórmula de la amnistía.

Se supone que esa individualización de responsabilidades y su posterior enjuiciamiento, correría a cargo del sistema de justicia del país, cosa ilusoria (e irrisoria) dadas las condiciones (por todos sabidas) deplorables, corruptas, vendidas e ineficientes de dicho aparato en todas sus dependencias. Quedaba entonces en las manos de las organizaciones de derechos humanos y de víctimas, la búsqueda de la justicia. Camino largo y azaroso e incluso martirial para personas como Monseñor Gerardi Conedera. Aunque este camino ha rendido frutos, se han logrado enjuiciamientos y hasta condenas contra algunas personas, de carne y hueso, que perpetraron dichas violaciones.

Los nombres quizás no están escritos, pero si inferidos. Información que ya se encontraba hace diez y once años en los informes de la CEH y del REMHI, respectivamente, si se hubiera tomado en serio y se hubiesen realizado todas las acciones pertinentes, sería hoy en día la vacuna de la peor de nuestras enfermedades sociales: la violencia y el crimen organizado. Y es que a pesar de la mordaza impuesta de no individualizar responsabilidades, la verdad encontró, cual agua en la roca, fisuras por donde hacerse camino y dichos informes nombraron a grupos que claramente eran el “eje del mal”, en donde se concentraban las peores fuerzas oscurantistas de las políticas y operativos contrainsurgentes. Nombres como “La Oficinita”, “El Archivo”, “La Cofradía” o “El Estado Mayor Presidencial”, saltaron a la vista pública y se conocía de sus miembros. Hoy en día son los mismos nombres que se barajan como los cabecillas de las organizaciones criminales del país, a razón de instituciones como la CICIG.

En conclusión, a pesar de no verter nombres de los culpables, sí se abrió el camino para su identificación y posterior procesamiento jurídico. No se hizo, o se ha hecho poco. El esclarecimiento del Holocausto, por ejemplo, trajo como consecuencia inmediata la identificación de los nazis responsables del genocidio y tantos otros crímenes más, para su juicio y condena, pero además para recordar sus nombres, para no olvidar sus actos.