Aún falta un año para las elecciones generales, ni siquiera se ha convocado a las mismas por parte del Tribunal Supremo Electoral y ya los espacios publicitarios y de la televisión que vive de sus ventas (no del servicio a la población), ya están saturados de caras de personas que se autoproclaman líderes. Claro está, con la intención de construirse esa imagen en lo que les queda de tiempo, antes de que empiece la campaña verdadera por las alcaldías, presidencia y diputaciones. En primer lugar ¿qué clase de líderes nos presenta esta oferta de carteles, imágenes y anuncios? ¿aquellos que violan la Ley Electoral y de Partidos Políticos con total impunidad, haciendo campaña anticipada en vallas, televisión, radio, prensa, pintando piedras, postes y árboles en el interior del país (lo cual es prohibido también)?
Parece que la estrategia es "construir la imagen" de liderazgo de personas que por sí solas no lo conseguirían y es que está claro que el liderazgo no se diseña en carteles o con anuncios; se construye en la vida cotidiana, pero con personas dignas que no "se preocupan por los demás" para ganar elecciones, sino que el bienestar de sus comunidades. Por suerte, en Guatemala sí contamos con esos líderes de verdad, aunque los asesinen como en el caso de los Guarcax.
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