Dice el Currículo Nacional Base (CNB), cuando se refiere al perfil del nuevo ciudadano y ciudadana que necesita Guatemala: "Está dispuesto o dispuesta al diálogo con apertura a la crítica positiva"
Y cuando establece las Competencias Marco incluye que el nuevo ciudadano o ciudadana: "Utiliza el diálogo y las diversas formas de comunicación y negociación, como medios de prevención, resolución y transformación de conflictos respetando las diferencias culturales y de opinión" (CNB).
Si el Ministerio de Educación, rector del proyecto educativo nacional escrito en el CNB, resultado del proceso de Reforma Educativa, no es capaz de llevar a la práctica lo que predica: diálogo y apertura a la negociación ¿qué podemos esperar? Aquí algunos datos para comprender el intento de imposición de la reforma a la formación docente en Guatemala...
Las y los estudiantes normalistas parecen ser los únicos que asumen verdaderamente su condición de ciudadanía en un país acostumbrado a ceder todos sus derechos frente al poder de los grupos económicos o los imperios. Esto queda demostrado con la oposición a una "reforma" a la formación de los educadores y las educadoras, recomendada por el gobierno de los Estados Unidos (por medio de su agencia internacional USAID) en alianza con la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) -antes del lado de las luchas populares y ciudadanas- y unos cuantos representantes del gremio magisterial (no todos), que se asumieron como representantes de todo un país, al querer modificar no sólo un programa de estudios, sino la carrera docente.
El Ministerio de Educación, que sigue los lineamientos de la USAID desde hace ya cinco gobiernos, así lo indica el pedagogo Carlos Aldana (4/08/12), presenta en el año 2012 esta "propuesta" de reforma, con la etiqueta de "haber sido consensuada", por el hecho de haber sido más bien "negociada" con ciertos representantes de la Asamblea Nacional Magisterial y de la USAC. Sin embargo, carece del respaldo de la sociedad, tal como lo indica la educadora especialista Tania Palencia (conferencia en el Instituto Central de Varones, 4/08/12).
Palencia indica que el objetivo principal no es la mejora de la calidad educativa, sino más bien un enfoque economicista laboral, en el cual se quiere reducir la inversión en la formación de docentes "porque los maestros nos están saliendo caros" piensa el gobierno empresarial. Se trata de un cambio de escalafón magisterial, que en vez de reconocer la experiencia docente (una conquista del gremio), le apuesta más a la acumulación de grados académicos, estrategia subordinada a la productividad neoliberal.
El nuevo pénsum le apuesta además a "preparar mano de obra" para la demanda del sector privado (proveedora de energía eléctrica, maquiladoras, etc.) así lo propone el llamado "bachillerato pedagógico" con la idea que, al terminarlo, las y los estudiantes ya no continúen sus estudios universitarios y se dediquen a trabajar para los mismos sectores oligárquicos, no para mejorar la educación en Guatemala. Palencia afirma además que lo que se persigue es orillar a la carrera del magisterio a que desaparezca del sector público y se convierta en una mercancía más del sector privado.
Por otro lado, es contradictorio el uso de tanta violencia por parte de las fuerzas de seguridad del Estado y la negación al diálogo de parte del Ministerio de Educación, ante la solicitud de platicar sobre el asunto que piden los estudiantes normalistas (futuros educadores y formadores de los nuevos ciudadanos que el país necesita). La respuesta ha sido la represión. ¿Dónde quedan las competencias que pretendemos formar en los nuevos ciudadanos y ciudadanas (según el Currículo Nacional Base) que buscan construir sujetos críticos? ¿No debiera ser el Ministerio de Educación el ejemplo a seguir en la aplicación de estas competencias deseables?
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