martes, junio 19, 2007

Mentira en la propaganda política: ¿qué es la mentira?


En comunicación sabemos que existen distintas intencionalidades de los mensajes. Hoy en día, estamos siendo bombardeados de comunicación con intencionalidad de persuadir. Claro, es la época de las elecciones en Guatemala, no podría ser de otra manera. Sin embargo, es tiempo de que nos asumamos como ciudadanos y ciudadanas críticos, como sujetos activos del proceso de comunicación y no como meros “públicos meta” de los mensajes de las campañas políticas.

En este blog queremos iniciar un proceso con nuestros interlocutores que nos visitan, para brindar algunas herramientas útiles que nos sirvan para convertirnos en esos sujetos activos que saben enfrentarse críticamente a los mensajes de los partidos políticos. Todo ello, no lo sacamos de la pura inspiración, vamos a retomar los aportes teóricos de las ciencias de la comunicación. Así que acá vamos con la primera parte, para la cual nos sirven algunas ideas de Guy Durandin*:

¿Qué es la mentira?

“La mentira consiste en dar voluntariamente a un interlocutor una visión de la realidad, diferente de la que uno mismo tiene por verdadera. La mentira se define, pues, en relación con la verdad”. Todo ello, tiene como intención influir en las personas que reciben esa “visión de la realidad”.

Para dejar a un lado las palabras complicadas, pensemos que todo ese esfuerzo de influir sobre nosotros está dirigido a que nuestras decisiones las tomemos en base a esa información que recibimos, así “para suscitar determinado comportamiento hay que dar ciertas informaciones”. En otras palabras, al persuasor le sirve solo la información que le conviene, aunque no tenga nada que ver con la realidad.

Es importante destacar que no hace falta cambiar toda la realidad para que esto sea considerado como mentira, a veces basta con cambiar ciertas cositas, agregar, quitar, modificar elementos de la realidad.

Con base en este preámbulo, es más fácil identificar mentiras en la propaganda política que estamos recibiendo cuando nos preguntamos:

¿qué mensajes deforman totalmente la realidad?
¿qué mensajes ocultan ciertos aspectos de la realidad?
¿qué mensajes inventan cosas que no posee a la realidad?

Respuestas: candidatos que ocultan su pasado corrupto o sus actos criminales, candidatos que plantean un país sin problemas estructurales de pobreza o acceso a los bienes, candidatos que reducen la realidad a problemas de delincuencia que se acabarán con la aplicación de “mano dura”, candidatos que plantean propuestas ideológicas sin ideología clara, etc.

Esperamos que este texto pueda servir para abrir el diálogo sobre el tema de las mentiras en la propaganda política, vamos a continuar en nuestros próximos textos con análisis de casos concretos…

*Durandin, Guy (1983). La mentira en la propaganda política y en la publicidad. España: Paidós Comunicación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

para muestra un botón: la publicidad populista de Colom en Mixco dice "rebajaremos tus impuestos"... qué tal... y con qué cree este señor q va a funcionar el estado, si cada vez se reducen más los ingresos por importaciones?

gulartecos dijo...

Yo he visto esas vallas en la Roosevelt, precisamente, lo màs fácil en la propaganda es mentir con respecto al futuro, pero uno sabe que este tipo de promesas no son reales. Además, basta con revisar las necesidades de inversión social para ver que lo que hace falta no es bajar impuestos sino que los impuestos sean de acuerdo a los ingresos de las personas.

Henoc dijo...

Estaba leyendo y comparto un dato histórico: la propaganda política como tal, según Chomsky, inició para variar en los Estados Unidos en los tiempos de la primera Guerra Mundial. El presidente y su 'círculo ilustrado de intelectuales' querían hacer 'más grande a la nación' y participar en el conflicto europeo. Como no tenían ni vela ni entierro, según dice Chom., los grngos era una sociedad pacífica, entonces había que provocar ese sentimiento patriotista en ellos y además hacerles ver la 'injusticia' del mundo, y su misión santa por lo tanto de salvar a los del lado bueno europeo.

Finalmente según las primeras páginas de este librito, los del 'círculo de ilustrados intelectuales' se enorgullecían de llamarse a sí mismos 'los mas inteligentes de la nación', quedando constatado que podían mover la conciencia de una masa, de un lado, para otro.