La marcha campesina que salió de Alta Verapaz hace nueve días, llegó a la Ciudad de Guatemala, uniéndose diversos serctores populares para hacer escuchar el clamor por una vida digna, que implique acceso a la tierra e insumos para producir alimentos, así como el respeto hacia la decisión de las comunidades de defender su propio territorio contra proyectos mineros, hidroeléctricos, cementeros, etc. Una sola voz, de miles de campesinos, pero ¿hasta cuando el gobierno de Guatemala se seguirá haciendo el sordo? Las raíces de los problemas nacionales están claras, hoy con esta marcha quedan aún más claras, pero falta la voluntad de los políticos defensores de los grupos de dominio económico en el país.
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